Alexis Camhi

¿Cómo son los empresarios que el futuro necesita?

En mi vida he visto de cerca el desarrollo de muchos empresarios líderes en sus áreas. Me he fascinado con sus propuestas y con el aporte que generan al sector empresarial. He podido observar y estudiar el camino que siguen hasta alcanzar un nivel de conciencia que les permita trabajar con claridad entendiendo su rol en la sociedad. 

 

Son aquellos que han alcanzado ese alto nivel de consciencia respecto a su impacto y al rol que cumplen dentro de la sociedad, los que se transforman en piezas claves en el contexto de transformación social y cultural por el que estamos atravesando hoy.

 

Pero también he visto en detalle cómo muchos de ellos, que a ojos de la sociedad habían consolidado su carrera o “lo habían logrado”, escondían detrás una realidad muy distinta: en vez de tener libertad y usarla para lograr el Peace of Mind (la tranquilidad mental,  la libertad empresarial, la innovación), estaban agobiados, con empresas que dependían total y absolutamente de ellos y resolviendo constantemente conflictos en todos los ámbitos de sus vidas.

 

Con esas experiencias pude comprender que esos empresarios se encontraban atrapados en una “Jaula de Oro”, donde si bien tenían recursos y un muy buen pasar económico, no podían salir de allí, no tenían tiempo para hacer una reflexión más profunda e intentar liberarse del día a día.



Al poco tiempo de iniciarme en el mundo laboral, comprendí que mi deseo de libertad y tiempo eran unos de los bienes más valiosos que tenía. Poder elegir a qué dedicarme en cada momento, ha sido una pieza clave en las decisiones a las que me he enfrentado. Y por una razón tan sencilla como primordial: el tiempo es finito y no se puede acumular, y elegir en qué ocuparlo es, sin duda alguna, un privilegio que al parecer pertenece a pocos.

 

Fue así como me dediqué a orientar a esos empresarios que anhelaban libertad, con estrategias y método relativamente sencillos que llevaba un tiempo implementando para mí. Estas evitaban llenar mi agenda de cosas operativas y repetitivas, con temas que no consideraba trascendentes o que perfectamente podía hacer otra persona, como por ejemplo un gerente especializado.

 

De este modo la empresa toma un valor en sí misma y ya no es dependiente de que el empresario esté día a día resolviendo problemas que, en ocasiones, no desea estar arreglando. Poco a poco lo va soltando y entregando esos momentos de libertad empresarial que son tan esenciales.

 

¿Por qué creo que es necesario que los empresarios alcancen este estado? Porque al llegar a cierto momento clave, serán capaces de enfrentarse a las preguntas de fondo y con ello resignificar su rol en el mundo, comprender que la rentabilidad es un objetivo, pero no debe ser el único por el cual destinan horas y horas de su tiempo, sino que este nuevo papel es una invitación a generar una contribución concreta a algunas de las necesidades de la sociedad.

 

Y me he dado cuenta de algo profundamente revelador e importante: aquellos empresarios que han logrado alcanzar un nivel de consciencia alto respecto a su impacto y al rol que cumplen dentro de la sociedad, son los que se transforman en piezas claves en el contexto de transformación social y cultural por el que estamos atravesando hoy.

¿Por qué pasa esto? Principalmente, porque los empresarios siempre han cumplido un papel importante dentro de la sociedad, su trabajo tiene la ventaja y responsabilidad de incidir en muchos aspectos de la vida de las personas, de miles de personas, tanto en el entorno local o como el global y porque la labor que realizan trasciende mucho más allá de la simple venta de un producto o servicio.

 

Estamos frente a una oportunidad clave. Cada vez son más los empresarios que han comprendido todas las implicancias que conlleva tener una empresa en la sociedad y desde esa vereda buscan que la relación que establecen con las personas y el entorno les brinde una mejor calidad de vida.