Alexis Camhi

Víctima vs Protagonista

“Elon Musk puede ser la segunda persona más rica del planeta pero, extrañamente, no siente la libertad de hacer lo que él quiere”, afirma este artículo de James Clayton, corresponsal de BBC News en Estados Unidos. Y lo cita hablando de cómo es ser director de Tesla: «Lo odio bastante, preferiría mucho más invertir mi tiempo en diseño e ingeniería», al tiempo que muchos inversionistas ven con preocupación que no quiera asumir la administración, cuando no el liderazgo a diario de la compañía. “Musk da la impresión de ser un hombre atrapado. A él claramente lo motivan las ideas, la innovación, el ingenio; el excitante comienzo de una nueva compañía”. ver jaula de oro

La gráfica que acompaña este post, publicada en diversos medios y redes sociales del mundo, sintetiza muy bien el espíritu de Elon Musk. Y no lo citamos -esta vez- por su capacidad creadora, inventiva, revolucionaria, sino que lo hacemos en cuanto a la actitud que asume frente a los cambios, rápidos y globales, como nunca antes habíamos vivido como Humanidad. Es la diferencia entre ver el problema o ver la solución, entre verse en el espejo del ego o en la ventana de la propuesta, ser víctima o protagonista.

Es lo que llamamos el Peace of Mind (POM), la metodología original que comparto con muchos empresarios agobiados para que deleguen responsabilidades de su exitosa empresa (original) y dediquen su tiempo a reflexionar sobre qué otras iniciativas o soluciones puedan crear o aportar al mundo, asumiendo ser protagonistas de su tiempo, en la previa de sentirse inmovilizados por el día a día de su empresa matriz. La sociedad y el planeta -hemos visto esta semana, a propósito del terminante informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicado este lunes- necesita esa capacidad innovadora como nunca antes.